Se tiene noticias que en el año 1854 los hermanos Blas, Alfonso, José, Nicomedes y Casimiro Díaz, procedentes de la isla de Barú llegaron a lo que es hoy el Municipio de Puerto Escondido en busca de sus riquezas maderables y la fertilidad de sus suelos, arribando a las playas hoy conocidas como Puerto Viejo en donde se establecieron. Posteriormente llega la familia Barrios, también procedente de la Isla de Barú y conjuntamente con los Díaz, construyen con palos, paja y bejucos las primeras casas del pueblo. Estos pioneros, después de agotadoras jornadas de trabajo en la tala de árboles que encontraron, tales como: Ceiba, Caracolí, Roble, Cedro, Camajón, Ceiba Blanca y Campano, por las noches cantaban versos o tomados bajo el embriagante efecto de la cachimba (mascada de tabaco revuelto), acompasadas con palmadas y bailándolas entre ellos a los cuales llamaron canto de MACHO. Es muy probable que el nombre dado a esta primera muestra folclórica se deba a que solo la cantaban y bailaban los hombres o los machos. Al regarse las noticias llevadas por los hermanos Díaz sobre las riquezas de estas tierras, arribó al caserío una familia de apellido Medrano, se cree que venían de San Basilio de Palenque y se dice que José Antonio Medrano construyó el primer tambor y lo forró con cuero de venado cauquero que ellos cazaban para su alimentación, y lo introdujo al grupo formado por los hermanos Díaz. Así se crea el primer grupo de Bullerengue de Puerto Escondido. Lo anterior muestra que el Bullerengue nació con la fundación del pueblo. Uno de los problemas que tenían estas familias era el abastecimiento de agua dulce, porque la que habían descubierto estaba en una laguna natural en la cima de una loma bien empinada y muy distante del lugar donde habitaban; por tal razón deciden trasladar el caserío al lugar que hoy es el barrio Simón Bolívar para estar más cerca de la fuente de agua dulce. Con el tiempo fueron llegando familias de otras comarcas y el caserío comenzó a crecer así como a formarse otros grupos de Bullerengue, conociéndose los nombres de los tambores introducidos: TAMBOR HEMBRA Y TAMBOR MACHO, posteriormente llamados Alegre y Llamadó respectivamente. Unos años más tarde se le introdujo la totuma que contenía semillas o piedrecitas que producían un sonido parecido al guache. En este período se dan unos cambios muy significativos en el
Se tiene noticias que en el año 1854 los hermanos Blas, Alfonso, José, Nicomedes
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Municipio de Puerto Escondido en busca de sus riquezas maderables y la fertilidad
de sus suelos, arribando a las playas hoy conocidas como Puerto Viejo en donde
se establecieron.
Posteriormente llega la familia Barrios, también procedente de la Isla de Barú y
conjuntamente con los Díaz, construyen con palos, paja y bejucos las primeras
casas del pueblo.
Estos pioneros, después de agotadoras jornadas de trabajo en la tala de árboles
que encontraron, tales como: Ceiba, Caracolí, Roble, Cedro, Camajón, Ceiba
Blanca y Campano, por las noches cantaban versos o tomados bajo el
embriagante efecto de la cachimba (mascada de tabaco revuelto), acompasadas
con palmadas y bailándolas entre ellos a los cuales llamaron canto de MACHO.
Es muy probable que el nombre dado a esta primera muestra folclórica se deba a
que solo la cantaban y bailaban los hombres o los machos.
Al regarse las noticias llevadas por los hermanos Díaz sobre las riquezas de estas
tierras, arribó al caserío una familia de apellido Medrano, se cree que venían de
San Basilio de Palenque y se dice que José Antonio Medrano construyó el primer
tambor y lo forró con cuero de venado cauquero que ellos cazaban para su
alimentación, y lo introdujo al grupo formado por los hermanos Díaz. Así se crea el
primer grupo de Bullerengue de Puerto Escondido.
Lo anterior muestra que el Bullerengue nació con la fundación del pueblo.
Uno de los problemas que tenían estas familias era el abastecimiento de agua
dulce, porque la que habían descubierto estaba en una laguna natural en la cima
de una loma bien empinada y muy distante del lugar donde habitaban; por tal
razón deciden trasladar el caserío al lugar que hoy es el barrio Simón Bolívar para
estar más cerca de la fuente de agua dulce.
Con el tiempo fueron llegando familias de otras comarcas y el caserío comenzó a
crecer así como a formarse otros grupos de Bullerengue, conociéndose los
nombres de los tambores introducidos: TAMBOR HEMBRA Y TAMBOR MACHO,
posteriormente llamados Alegre y Llamadó respectivamente. Unos años más tarde
se le introdujo la totuma que contenía semillas o piedrecitas que producían un
sonido parecido al guache. En este período se dan unos cambios muy significativos en el